Es un
tema funky del 83 pero es que éste es de los más funkys que he pinchado, porque
es una voz tan cálida que sólo oírlo relaja, aparte del gran bajo,
característico del funk. Va dedicado a la primera discoteca que me dejó
utilizar sus platos, la Boite del Teatro del Escorial. De ahí pude dar el salto
a Madrid a Boguey. Sin la ayuda de mi maestro Tato que era el dj de la Boite y
de Fernando Cebrián, que era el jefe y de mi amigo Julio que era el RRPP que me
pasó de la Boite a Boguey no me hubiera comido un rosco
es total
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